Exitosa Jornada de Neuropsiquiatría del Hospital fricke SSVQ convocó a un alto número de participantes
-Mejorar pesquisa y derivación fueron algunos de los objetivos de esta Jornada, la cual convocó a profesionales de la educación y la salud de toda la región.
Establecer una pesquisa adecuada para una mejor derivación de casos es uno de los objetivos que tuvo la 5º Jornada de Neuropsiquiatría Infanto Juvenil realizada por la Unidad de Neuropsiquiatría del Hospital Dr. Gustavo Fricke SSVQ, la cual contó con expositores nacionales y de la Red del SSVQ.
Orietta Carmona, Co-Directora de las Jornadas y Jefa de la Unidad de Neuropsiquiatría Infantil, explicó que “queremos educar a todos los profesionales que ven a estos pacientes, para saber cuándo van a derivar, qué hacer y ser un nexo con ellos, para que nos comuniquen y nos deriven los casos”. Ya que, “las dificultades en el ámbito psicológico, psiquiátrico, y de neurodesarrollo en la infancia, tienen una elevada prevalencia e incidencia, llegando hasta un 30-40% dentro del total de las consultas en nuestra especialidad”.
Dentro de los temas desarrollados en la actividad, se abordaron temáticas como las patologías del espectro autista, las autolesiones en adolescentes, los trastornos psicológicos derivados del uso de la cannabis, la experiencia de tratamientos en hospitales diurnos, entre otros.
A la actividad asistieron profesionales de la salud, terapeutas ocupacionales, fonoaudiólogos, educadores diferenciales, psicólogos y médicos, entre otros profesionales y familiares de pacientes con algún trastorno de salud mental.
Efectos del cannabis
Respecto del consumo de cannabis y su efecto en los jóvenes y adolescentes, la Dra. Carolina Garcés, Psiquiatra Infanto Juvenil de la Unidad de Neuropsiquiatría indicó que “lo más importante es trabajar la percepción de riesgo en los adolescentes. Como es tan bajo el riesgo que se le cataloga hoy en Chile al consumo, debido a la legalización del consumo de la marihuana en pequeñas dosis en adultos, los adolescentes se confunden y piensan que a ellos tampoco le va a pasar nada. Entonces, primero es la psicoeducación a nivel social, que efectivamente no es lo mismo consumir antes de los 21 años que después de los 21 años. Antes de los 21 años, uno tiene un cerebro que todavía se está formando y se está estructurando, y la cannabis finalmente no permite que este desarrollo sea íntegro y altera en distintos niveles y circuitos”.
La especialista aclaró que “muchos adolescentes y familias piensan que como consumen marihuana una vez al día no es una dependencia, pero finalmente las dependencias hablan de una estructuración de vida tanto cognitiva como conductual, perceptiva, emocional que hace que una persona necesite drogas para poder vivir y que movilice todas sus conductas para poder conseguir cierta tolerancia, es decir, cada vez necesita más y cuando no la tiene siente abstinencia, entonces ahí se vuelve un problema y ahí se le llama un trastorno de uso de sustancias, ya sea abuso o dependencia”.
En este caso, “el tratamiento no es especifico, también es interdisciplinario, requiere el apoyo de la familia y también trabajar con el adolescente para ayudar a no satanizar a la marihuana, si no a buscar caminos alternativos para poder ofrecerles mejores vías de expresión emocional, de manejo del sufrimiento, porque muchas veces los adolescente consumen porque están aburridos o están con mucha pena o se sienten muy solos. Entonces si uno va ganando ese espacio, uno logra finalmente que dejen de consumir y que empiezan a hacer actividades que son muchos más protectoras para ellos, que tengan más sentido de vida, finalmente”, agregó la profesional.
En tanto, Arantza Oñat, Neuropediatra del Hospital San Martin de Quillota, abordó el tema del consumo de cannabis por parte de las madres durante el embarazo y sus consecuencias en el “neurodesarrollo cuando el consumo se produce en la etapa prenatal, se ha visto cambios a nivel molecular, a nivel de circuitos en el desarrollo de los niños”. Y respecto de las “consecuencias a futuro se habla que pueden tener trastornos como de hiperactividad, problemas en el razonamiento abstracto, en la capacidad de atención y en algunas tareas específicas”, explicó.
Riesgo de automutilación en adolescentes
Eduardo Barrios psicólogo de la unidad de Neuropsiquiatría Infantil del Hospital Gustavo Fricke, abordó el tema de las automutilaciones entregando algunas herramientas útiles para su comprensión y manejo.
“La idea es brindar algunos elementos que permitan entender que le pasa al chiquillo que se corta, cual es el sentido que tiene este síntoma, cuál es la gravedad, cuál es el riesgo, no desde la mirada externa sino de la mirada de qué le pasa a los chicos hoy en día. Si yo pienso en mis pacientes que se cortan voy a encontrar muchas razones distintas en cada uno, y muchos niveles de gravedad distintos. Hay un grupo importante que está asociado al riego suicida, pero hay otro grupo que tiene que ver con la identificación con un grupo cultural especifico, como la subcultura urbana de los EMOS, hay otro grupo que tiene que ver con angustia, no con deseo de muerte”, manifestó el psicólogo.
Barrios aclaró también que “hay conductas que vemos como autolesión y que no lo son: cultura del piercing, del body art como le llaman, que tiene que ver con un movimiento cultural no patológico. Hay que detenerse un poco en el fenómeno y ver la peculiaridad de este síntoma en distintos grupos, en distintas personas, en distintos rangos etarios”.
“Siempre que se observe una conducta de automutilación es importante consultar, no esperar la reiteración. Los profesionales de salud mental pueden tener las herramientas para distinguir cuando se instala como una conducta de riesgo”.