Hospital Dr. Gustavo Fricke cierra el Mes del Corazón invitando a la prevención de enfermedades cardiovasculares
• Establecimiento destaca la prevención y la terapia de quienes ya viven con afecciones cardíacas.

Aunque las cifras en general son poco auspiciosas – las enfermedades cardiovasculares son responsables del 28% de las muertes de Chile y siguen siendo la primera causa de fallecimiento en el mundo -, el 80% de ella se puede prevenir.
En el Hospital Dr. Gustavo Fricke del Servicio de Salud Viña del Mar Quillota Petorca, el Mes del Corazón se releva a través de actividades para toda la comunidad hospitalaria. En este contexto, el Dr. Ernesto Aránguiz, jefe de Cirugía Cardiovascular y del Programa de Cardiopatía Terminal y Trasplante Cardíaco, quien ha intervenido en más de un centenar de trasplantes cardíacos, da un claro mensaje a la comunidad respecto a la prevención.

Hábitos para una mejor salud cardiovascular
“El sedentarismo, la alimentación inadecuada, el cigarrillo son factores que contribuyen a que las personas tengan más enfermedad coronaria y, también, las drogas. Entonces, tenemos una población más expuesta y éstas ha aumentado significativamente. Nosotros estamos viendo cada vez más enfermedades coronarias en pacientes más jóvenes. En realidad, cada vez que tenemos la oportunidad invitamos a hacer prevención, porque el principal tratamiento es que no tengan la enfermedad”, afirma el especialista.

En este sentido, el médico indica que algunas de patologías cardiológicas se pueden volver terminales, donde ni la cirugía ni el tratamiento médico tienen espacio y los pacientes se convierten en candidatos a trasplante. Lamentablemente, este procedimiento tan complejo tiene requisitos y no todos los pacientes los pueden cumplir.
Síntomas de alerta
¿Cuál es el llamado del médico? No solo a dejar los malos hábitos en sí mismos, sino también a tener controladas las enfermedades llamadas crónicas no transmisibles, como la hipertensión y la diabetes.

Su impacto en la salud cardíaca es evidente: “La diabetes, por ejemplo, es una enfermedad que produce múltiples problemas en distintas partes, entre otras, en las arterias y las arterias principales son las que alimentan el corazón. Lo mismo pasa con la hipertensión arterial, la hipertensión es un problema bastante delicado, porque en general es asintomática, no da molestia. Es más, yo diría que muchas veces la gente le asigna a la hipertensión síntomas que no le corresponden, dolor de cabeza, mareo, entre otras. Son cosas ocasionales, pero en realidad la hipertensión es asintomática, y detectarla y tratarla a tiempo es una forma de prevenir que esta enfermedad se transforme después en un problema tan delicado en el corazón como son las enfermedades coronarias”, afirma el Dr. Aránguiz.

Cuando hablamos de infartos, en cambio, además del dolor al pecho y la conocida irradiación al cuello y al brazo izquierdo, hay otros síntomas que pueden ser menos claros. “Las cosas no se dan siempre en la forma típica. Hay personas que no tienen dolor. Los diabéticos, por ejemplo, muchas veces no sienten dolor y se puede producir una sensación de cansancio. O bien por la localización del infarto, si está en la parte inferior del corazón, a veces el dolor en vez de ser en el pecho es en la zona de la boca del estómago y las personas piensan que pueden tener un problema gástrico”, señala el cirujano.

Lo importante es que al sentir los síntomas que pueden alertar de un problema cardiaco acudan a la urgencia, donde existen protocolos estrictos para el diagnóstico y tratamiento del infarto. “Y si el infarto tiene pocas horas de evolución, nuestro hospital ofrece un tratamiento inmediato, que lo hace el servicio de hemodinamia, que consiste en destapar esa arteria que se está tapando, y resolverla colocando además un aparatito que evite que se vuelva a estrechar, que se llama stent. Es igual que en los incendios. Si usted tiene un incendio que está comenzando y llegan los bomberos y apagan rápidamente, obviamente se quemará un arbolito. Si llega tardíamente, se puede quemar el bosque. Entonces, eso es lo que se permite cuando se puede proceder de una forma rápida y oportuna”.

Ejercicio físico como estilo de vida
En general, cuando una persona tiene ya diagnosticado un problema cardiaco, tiende a dejar de moverse por miedo a empeorar. Pero como afirma el kinesiólogo Jair Aceituno, de la unidad de Paciente Crítico Cardiovascular: “Al tener una patología o alguna disfunción a nivel cardiovascular, el miedo es latente para evitar, de cierta manera, sufrir un nuevo evento. Pero sabemos que el ejercicio físico de manera prescrita por un profesional que entienda la fisiología indica ejercicio de forma segura”.

El profesional explica que “el ejercicio, obviamente, va a generar cambios a nivel agudo y crónico de los pacientes para que ellos puedan comenzar a vivir mejor, a sentirse mejor y a disminuir los síntomas”.
Nuestra invitación es adherirse a planes de ejercicio prescritos por profesionales. El ejercicio tiene un efecto agudo y otro crónico o persistente. Por ejemplo, el kinesiólogo explica que un cambio inmediato o agudo es que al momento de realizar ejercicio las personas generan una sensación de bienestar, se “sienten un poquito mejor”. Y a nivel crónico o ya más a largo plazo, en patologías como la hipertensión, como la diabetes, eso tiene efecto en la presión arterial, disminuyendo la presión. A nivel metabólico, disminuyendo la necesidad de fármacos, hipoglicemiantes, por ejemplo”.
En el Mes del Corazón, el kinesiólogo hizo evaluaciones a los pacientes ambulatorios de cardiología, en el Consultorio de Especialidades y diferentes unidades del establecimiento. Además, en conjunto con instituciones, se organizó una feria para difundir no solo la prevención y el tratamiento de síntomas de enfermedades cardíacas, sino el bienestar y la calidad de vida como factores protectores para la salud.