Reumatólogo del Hospital Dr. Gustavo Fricke SSVQP explica qué es y cómo tratar la fibromialgia
• Es un trastorno donde el cerebro amplifica las sensaciones de dolor y cuyos síntomas pueden comenzar luego de un evento traumático.

Dolor generalizado y constante, fatiga, sueño interrumpido y falta de concentración. Esos son algunos de los principales síntomas de la Fibromialgia, un trastorno que provoca dolencias musculoesqueléticas que son amplificadas en el cerebro, pudiendo reaccionar de manera desproporcionada a las aflicciones, y desarrollando excesos de sensibilidad.
Ricardo Jeréz, reumatólogo del Hospital Dr. Gustavo Fricke explica que, a las complejidades de la enfermedad, se debe sumar el diagnóstico, el cual depende prácticamente solo del criterio del profesional. “Una de las características que tiene esta enfermedad es que desgraciadamente no hay ningún examen de laboratorio que yo le pueda pedir al paciente, ni de imágenes, ni de sangre ni de orina, que me diga: este paciente tiene fibromialgia”.
El doctor enfatiza en que no se trata de un dolor inventado, si no real, proveniente de un estímulo. “El sospechoso número uno es el sistema nervioso central, es decir cerebro y tronco encefálico, médula, todo el aparato nervioso central que está a cargo de procesar y de manejar lo que se llama: sensaciones en el cuerpo y dolor. Entonces un tema es el dolor, pero estos pacientes no solamente tienen dolor, sino que pueden tener sensaciones exacerbadas o amplificadas. Hay un dolor que aparece en un lugar del cuerpo determinado y que uno lo estudia y no encuentra nada. Por ejemplo, un dolor en un brazo; se hace un examen de sangre, se hacen imágenes y efectivamente no hay nada, no arroja ninguna cosa, ninguna alteración”.

El cuadro clínico de la fibromialgia puede afectar a cualquier edad y ser desencadenado por diversos factores como un evento traumático, una cirugía o estrés psicológico, siendo las mujeres y las personas con artritis – por razones que aún son investigadas – más propensas a desarrollarla. No tiene cura, pero si hay tratamientos que contribuyen a mejorar la calidad de vida de quienes la padecen como fármacos y terapias asistidas por profesionales del área de la salud mental, que son complementarias a la necesidad de que el paciente cuente con buenos hábitos alimenticios e incluya el deporte en su rutina.