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Hospital Dr. Gustavo Fricke reinicia terapias de radioyodo en Medicina Nuclear

 Pacientes del Servicio de Salud Viña del Mar Quillota y del Servicio de Salud Aconcagua son atendidos en el único Hospital público que entrega esta terapia en la región.

Tras la tramitación de los permisos y licencias por parte de la Comisión Chilena de Energía Nuclear, la Unidad de Medicina Nuclear reinició las terapias de radioyodo en el nuevo Hospital Dr. Gustavo Fricke SSVQ.

¿De qué se trata esta terapia y por qué es tan importante? Lo explica el Dr. Claudio Opazo, Jefe Unidad de Medicina Nuclear del Hospital Dr. Gustavo Fricke: “Este tratamiento lo usamos en pacientes que tienen cáncer de tiroides e hipertiroidismo. El paciente, tiene un diagnóstico de cáncer de tiroides y en la reunión oncológica se determina, después de la cirugía según la biopsia y el tamaño del tumor y la extensión, si necesita radioyodo o no.  Esto completa lo que hace el cirujano, que es sacar tejido tumoral, la mayor cantidad se saca con la cirugía, el resto lo quemamos con radioyodo. Y en el hipertiroidismo hay dos opciones. Una, que sea un bocio difuso, que el tiroides entero está grande y produciendo mucha hormona, y produciendo un cuadro clínico que se llama hipertiroidismo, o que tenga un nódulo hiperfuncionante que está haciendo lo mismo, produciendo demasiada hormona tiroidea, un cuadro de hipertiroidismo y el radioyodo lo que hace es atrofiar lentamente este tiroides o este nódulo y lo tranquiliza, lo achica, lo atrofia”.

Por tratarse de una forma de radioterapia, es decir, que utiliza un elemento radioactivo, requiere no solo de las capacitaciones del equipo de salud y las condiciones de alta seguridad de un Hospital, sino también de ciertos requisitos que debe cumplir el paciente. De acuerdo al Dr. Opazo, “el tratamiento básicamente consiste en dar una cápsula de yodo, que se da oral, y eso es todo lo que se hace”.

“El resto – añade el doctor – es el aislamiento, que es bastante complejo, que a veces tienen que estar hospitalizados acá en aislamiento dependiendo de la dosis de radioyodo. Si es sobre 30 milicuries, los hospitalizamos siempre. Tenemos una sala de aislamiento en el 7o piso, y bajo 30 milicuries lo podemos dar ambulatorio pero también con una serie de cuidados. El paciente se tiene que retirar por un lugar especial cuando le damos la dosis, tiene que venir en un vehículo individual, tiene que hacer un aislamiento en su casa por diez días, cumplir un régimen bien complejo. Pero el tratamiento consiste en tragarse una cápsula de yodo, simple y fácil, sin dolores, sin molestias”.

10 a 12 pacientes semanales

Quienes se someten a una dosis mayor o menor, dependerá de la evaluación clínica, por ejemplo, del tamaño del tumor. Así lo saben los entre 10 a 12 pacientes que se tratan semanalmente a través de esta terapia y que corresponden tanto al Servicio de Salud Viña del Mar Quillota como al Servicio de Salud Aconcagua, ya que éste es el único centro de salud público en entregar esta prestación en la región.

Es el caso de la señora Esmeralda Huaiquil, de Peñablanca, que vino a su cita ambulatoria: “Fui citada para un tratamiento de radioyodo del cual requiero una pequeña dosis y continuar mi tratamiento para eliminar lo que haya quedado de cáncer, porque yo tenía cáncer a la tiroides. Sé que hay complicaciones como con todo tratamiento, pero hay que “tirar para arriba” porque depende mucho también del estado de ánimo de uno para salir adelante con todos los tratamientos que se haga en un Hospital, como todo paciente”. Y al menos, está contenta con el Hospital: “Esta parte está muy bonita, muy elegante, está mejor que una clínica, a mí me encantó. Sí había estado en el otro Hospital, ahora sí, ahora se ve todo más decente. No estoy asustada porque sé que es un tratamiento para mi bien, para mi salud, para estar mejor. Yo sé que estoy bien, solo que me falta esa pequeña dosis para complementar y quedar súper bien”.

Por su parte, don Hugo Durán, de Olmué, ingresó a una sala de hospitalización aislada para terminar su terapia para el cáncer tiroideo. Y dice, “me gusta la soledad. No me preocupa, tengo entretención de la tele, la vista, el teléfono, hay algo en qué entretenerse. Está bonito, bien atendido, con harta información, uno no se pierde. La gente bien amable. Incluso me atrevo a decir que es muy parecido a la clínica donde me operaron”.  Reconoce que estaba “un poco asustado estaba, no más, pero ahora más tranquilo. Ahora estoy bastante más tranquilo que ya está finalizando, creo, espero y confío. Por eso es el motivo por el cual estoy aquí, porque quiero estar bien,  para ella también (esposa), para mis nietos. Tengo tres hijos, mayores ya, trabajando todos gracias a Dios, tengo tres nietos también, chiquititos. Eso quiero, que tengan abuelo para rato”.