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Comienza renovación de bombas de insulina para pacientes diabéticos en el Hospital Dr. Gustavo Fricke de Viña del Mar

En el Consultorio de Especialidades del Hospital Dr. Gustavo Fricke de Viña del Mar SSVQ se inició la entrega de bombas de insulina de última generación de la Ley Ricarte Soto a pacientes diabéticos tipo 1 o insulino-dependientes, que requieran renovar su dispositivo tras cumplir su vida útil.

Estas nuevas bombas de insulina tienen por objetivo tener un mayor control de la enfermedad, disminuye los niveles de estrés y da mayor autonomía a los pacientes, mejorando la expectativa de vida.

La Jefa de Diabetes y encargada de la Ley Ricarte Soto para bombas de insulina del Hospital, Dra. Marcela Díaz, explicó que “nosotros estamos felices por tener la posibilidad de entregarle esta nueva bomba a nuestros pacientes que es la Medtronic 780, porque es lo más moderno y lo mejor que hay disponible para ellos (…) con las bombas anteriores, que ya eran una gran cosa, los pacientes tenían que estar muy pendientes de todo lo que pasaba. Ahora no quiere decir que no tengan que hacer nada, pero el nivel de estrés que les significa esta nueva bomba es mucho menor y con el tiempo hemos ido viendo cómo aparecen patologías de salud mental asociadas al hecho de tener que estar siempre pendientes de la enfermedad. La gracia que tiene esta bomba es que al ser más autónoma, al hacer correcciones por sí misma, les da cierta libertad a los pacientes”.

“Para entrar a la Ley Ricarte Soto con bombas de insulina, se seleccionan a los pacientes que tienen más riesgo de hipoglicemia y los otros pacientes todavía siguen tratándose con nosotros bajo un esquema de inyecciones múltiples, que igual es una buena alternativa, pero requiere mucho control”, aseveró la Dra. Díaz.

En total se entregarán 28 dispositivos a pacientes beneficiarios de la Ley Ricarte Soto. Así lo señaló la enfermera de Diabetes Adultos del Consultorio de Especialidades, Paulina Sanhueza. “La entrega se realiza en dos sesiones; se entrega el dispositivo, se configura, y el paciente se va con una bomba con funciones muy similares a la que tenía, y una segunda sesión, pasamos la bomba de insulina a modo automático, y eso significa que este dispositivo, empieza a administrar la insulina”.

Mejorando la calidad de vida

Andrea Brizuela, tiene 28 años y hace 20 años está diagnosticada con diabetes tipo 1. “Es fascinante. Yo conversaba con una amiga que ya tenía la bomba y pensé “wow, que bacán”, porque en verdad se asemeja mucho más a un páncreas y eso mejora la calidad de vida en un dos por tres. Entonces, es mucho más fácil hacer las cosas que uno debe hacer diario, en el trabajo, te facilita un montón la vida, haciéndola más normal de lo que ya lo estás haciendo”, destacó.

Por su parte, Camila Vallejos, tiene 28 años y es insulino-dependiente desde los 11 años y señaló que “esta bomba nueva es “bacán” porque primero el transmisor es lo mejor, las glicemias son más exactas y se conecta más rápido”.

Cabe destacar que, el valor comercial de estas bombas de insulina se acerca a los cinco millones de pesos y su mantención mensual es de 400 mil pesos aproximadamente. A través de la Ley Ricarte Soto, este su mantención e insumos, sin embargo son gratuitos.